Abu Simbel fue uno de los grandes alicientes para viajar Egipto, ver la majestuosidad del templo ha sido una de nuestras obsesiones y merece mucho la pena realizar esta excursión, es absolutamente mágico. Si no quieres pasar tres otras de viaje desde Aswan, puedes contratar una visita en avión.
Cómo llegar a Abu Simbel
Prepárate para madrugar porque para llegar hasta este templo te esperan tres horas de autobús desde Aswan. Nosotros nos levantamos a la 1:30h de la mañana para tomar un pequeño desayuno y estar listos a eso de las 2:30h para montar en el autobús. Acto seguido, recogimos al escolta que te acompaña durante todo el viaje, y tras varios controles abandonas la ciudad camino de Abu Simbel.
Descansamos un poco (incluido el escolta) y cuando abrimos los ojos, estábamos llegando a las inmediaciones. Bajamos aún de noche, y tras una parada en el baño, nuestro guía gritó su lema: “siempre llegar los primeros” y con buen ritmo nos presentamos delante de la majestuosidad portada del templo de Abu Simbel. Llegamos los primeros y fue sin duda una de las mejores experiencias al encontrarnos durante varios minutos solo nuestro grupo.
Otra manera llegar hasta él, es en avión, pero obviamente el traslado es mucho más corto, pero encarece mucho más nuestro viaje.
Historia Abu Simbel
Conocido también como templo de Ramsés II al ser quien lo mandó construir en el 1274 a. C. para conmemorar su victoria en la batalla de Kadesh, donde combatió contra los hititas. La guerra concluyó firmando un tratado de paz, aunque ambos reyes creían que había ganado la batalla. Está dedicado al culto de Amón, Ra y Ptah y también al propio Ramsés II.
Templo de Ramsés II
El templo principal tardó unos 20 años en construirse y tiene una altura de 33 metros de alto por 38 de alto, con cuatro estatuas colosales de Ramsés II sentadas esculpidas en la roca de una colina. La estatua de la izquierda no se ha roto con el paso del tiempo, sino que fue por culpa de un terremoto. A los pies de las estatuas del faraón, vemos representaciones de sus hijos e hijas o su mujer Nefertari.
En el interior del templo tiene una estructura diferente debido a sus cámaras laterales. La sala hipóstila tiene 18 metros de largo y 19,7 de largo con 8 grandes columnas que también representan la figura de Ramsés II vinculado al dios del inframundo Osiris. Los bajorrelieves de esta sala nos muestran escenas de batallas del reinado del faraón. Hablemos por último del santuario, el cual cuenta con cuatro figuras de Ra-Horajti, Ramsés, Amón y Ptah
Templo de Nefertari
Al lado del templo principal, nos encontramos con otro también excavado en a roca dedicado a la mujer de Ramsés II. Cuenta con seis estatuas, cuatro de Ramsés II y dos de Nefertari, todas de igual tamaño. Esto no es común, pues normalmente las estatuas del faraón solían ser muchos más grandes.
Una vez en el interior, nos encontramos en una sala con seis columnas centrales y una bella decoración en las paredes con escenas que muestran a Ramsés y su esposa. Al fondo, en el santuario, encontramos una estatua de la diosa Hathor.
Tasa Fotográfica
Si vais cargando con una cámara de foto tened en cuenta que tendréis que pagar una tasa especial si quieres hacer foto con tu cámara dentro de las instalaciones. Pero la contrariedad llega cuando te dicen que con el móvil sí se puede hacer, y con la calidad que estos ofrecen actualmente, nos es suficiente. Aún así , quizás tengáis una oportunidad si os quedáis a solas ya que si el guardia os ve la cámara os pedirá una pequeña propina y ya podéis disparar.
Por qué se llama a Abu Simbel
Su nombre actual proviene del redescubrimiento allá por el año 1813. Y es que el templo se encontraba enterrado bajo tierra cuando el suizo Jean Louse Burkhardt pudo ver un friso de la parte superior. Cuatro años después, el italiano Giovanni Belzoni regresó al sitio y logró desenterrar el templo. Pero nadie se atrevía a entrar para ver qué había dentro de él, hasta que un niño se ofreció voluntario, y su nombre era Abu Simbel.
El traslado de Abu Simbel
En 1964 se produjo uno de los mayores retos arqueológicos de la historia. Debido a la construcción de la presa de Asuán ambos templos tuvieron que ser movidos si no querían que fueran engullidos por las aguas del pantano. Se encontraba originalmente a 60 metros más abajo de la posición actual. Para esta tarea se pidió la ayuda de diversos países como por ejemplo EE. UU el cual recibió el templo de Dendur que se encuentra en Nueva York como agradecimiento. España, que también participó, recibió como donación el magnífico el Templo de Debod que podemos encontrar en Madrid.
El fenómeno solar de Abu Simbel
Esto se debe a que el templo fue construido con tal orientación que los días 21 de octubre y 21 de febrero (61 días antes y 61 días después del solsticio de invierno) los rayos solares penetran hasta el santuario iluminado tres de las estatuas sedentes, excepto la de Ptah dios del inframundo, la cual siempre permanece entre penumbras.
Después del traslado se cree que la incidencia solar se ha desplazado un día más (60 días antes y 60 días después del solsticio de invierno). Sin duda alguna toda una obra de ingeniería, tanto la original como el traslado.
Consejo fotográfico
Normalmente estos templos suelen estar masificados, por lo que te vamos a dar unos consejos para fotografiar a solas los templos. Normalmente viajaremos con guía, por lo tanto, cuando el guía acabe su explicación y nos deje tiempo para visitarlo, lo primero que tenemos que hacer es dirigirnos hacia el templo de Nefertari, pues todo el mundo se quedará en el principal. Y cuando éste se empiece a llenar de público nosotros ya habremos disparado una gran cantidad de fotos para cambiar de templo.
Otra de las opciones para visitar este lugar es por la tarde noche. Pues tendrás tiempo de visitarlo de día al atardecer y también disfrutar de un precioso espectáculo de luces. Pero sin duda alguna nosotros nos quedamos con la magnífica impresión de ver el amanecer allí.
Sin duda alguna recomendamos esta visita, pero también otras como la del Poblado Nubio o la visita al obelisco inacabado. Nosotros no hicimos estas dos visitas por falta de tiempo. No obstante, sí visitamos el fantástico Templo de Philae, y nos perdimos por las calles de Aswan y visitamos algunos de sus mercados.
