El Monasterio de Santa María de Rioseco se encuentra en la provincia de Burgos, escondido en el Valle de Mazanedo, a las orillas del Ebro. La entrada es gratis y lo puedes hacer a cualquier hora del día. Este posee el título de Bien de Interés Cultural por la Junta de Castilla y León otorgado en 2019 en la categoría de Monumento. Además, puedes realizar visitas guiadas a cargo del colectivo Salvemos Rioseco. Ellos han sido los encargados de la reconstrucción del monasterio desde 2008, cuando el párroco Juan Miguel Gutiérrez Pulgar inició esta restauración.
Historia del Monasterio de Santa María de Rioseco
El monasterio fue uno de los más importantes de la provincia de Burgos y estuvo habitado durante siglos por monjes blancos de la Orden del Císter. La primera ubicación de su monasterio fue Quintanajuar, entregado por el rey Alfonso VII en 1135 con el objetivo de pacificar la frontera de Castilla con Navarra. En 1184 se trasladaron a San Cipriano Montes de Oca, en La Rioja, y en 1.236 llegaron a Rioseco con el desagrado del rey.
Tras años, unos años de altibajos en el siglo XIX, durante Guerra de Independencia sufrió grandes saqueos, acrecentándose mucho más con la desamortización de Mendizábal en 1835. Fue subastado y nadie pujó por él, quedando abandonado y siendo aprovechado por los habitantes como almacén, parroquia o cementerio. En 1855 el comisario provincial, Francisco Arquiaga, adquirió el Monasterio de Santa María de Rioseco y su nieta lo donó al arzobispado, comenzando un período aún mayor de decadencia y abandono. Incluso algunas estatuas de santos se utilizaron para el relleno de la presa que hay cercana en el río Ebro.
Qué ver en el Monasterio
Este maravilloso lugar cuenta con una entrada principal junto a la Torre del Abad, donde solo podemos ver ruinas. Su Iglesia posee una sola nave con cuatro tramos diferente, siendo el del centro el más ancho. La cabecera se ilumina el interior con tres ventanales cegados posteriormente. La sala capitular es una de las estancias más importantes del monasterio y se sitúa al este del claustro. Estaba ubicada bajo el dormitorio y aquí se reunían a diario los monjes con el abad para leer algún capítulo de la orden y fue la primera estancia en construirse.
El Claustro de los Monjes del Monasterio de Santa María de Rioseco tuvo una primera altura, como podemos ver en sus ventanas cegadas en el sur de la iglesia. En el siglo XVI, gracias a la época de bonanza. Construyeron el claustro que vemos hoy. La Cilla es el granero o la bodega de los monasterios construida sobre la roca directamente y con una bóveda.
Consejo fotográfico
Es un lugar fantástico para fotografiar si te gusta los lugares en ruinas. Además es el sitio adecuado para realizar fotografía nocturna por la poca contaminación lumínica. Si tienes un dron podrás hacer bonitas fotografías aéreas de todo el complejo.
Tras una pequeña parada en este lugar puedes retomar tu camino hacia otros lugares como Frías y Tobera. Un poco más alejado Orbaneja del Castillo o si lo prefieres visitar la ciudad de Burgos.
