Wiñaypacha es un filme imprescindible que nos cuenta una historia que puede funcionar en cualquier cultura. Si además en esta ponemos a dos ancianos que a pesar de ser su primera vez en el cine lo hacen especialmente bien y lo unimos a los paisajes de Perú, nos queda una película redonda. Lamentablemente, el director falleció en 2021 con apenas contaba con 34 años y una carrera prometedora.
Ficha Técnica de Wiñaypacha
Año: 2017
Duración: 86 min.
Dirección: Óscar Catacora
Reparto: Rosa Nina, Vicente Catacora
Sinopsis: Willka y Phaxsi, una pareja de ancianos de más de 80 años, viven abandonados en un lugar remoto de los Andes del Perú, a más de 5000 metros de altura. Enfrentan la miseria y el paso inclemente del tiempo, y ruegan a sus dioses que su único hijo venga a rescatarlos.
Opinión
Este es un filme para viajar con cada uno de sus planos, maravillosa, paisajísticamente pero muy lenta. Aun así, es un milagro que películas como estas singan existiendo, siendo tan intimista y minimalista. Y es que cuenta con 96 planos, todos ellos fijos y sin música.
Dónde se rodó Wiñaypacha
La montaña es una de las protagonistas de la película y es que los Andes cuenta con una belleza paisajística de ensueño. El filme está rodado a los pies del Allincapac, como hemos dicho a 500 metros de altura en la región de Puno. De eta destacan los impresionantes prados verdes, así como las montañas de fondo o simplemente la bruma
Qué destacamos de Wiñaypacha
Lo primero que destacamos es que el filme es que está rodada en el idioma aymara. Curiosamente, protagonizado por una anciana que nunca había visto una película y por el abuelo materno del director, que también es aimara.
El filme está dedicado y basado en parte en la vida de los abuelos del director que vivían en la zona alta de la región del Puno, a 4500 metros de altura. Se centra en el abandono y no solo de la zona, sino de los propios ancianos cuando sus hijos emigran a la ciudad y apenas van a visitarlos.
De esta también destacamos como los dos protagonistas hacen frente a todas las adversidades, tales como el fuego, o las lluvias que se le presentan en su camino, viviendo en una choza a 5000 metros de altura mientras esperan que su hijo vuelva después de emigrar.
En el filme también vemos diferentes apachetas, que son un montículo de piedras que los aimaras hacen para la Pachamama. También se pone de manifiesto la globalización que ha llegado a lugares como estos, como vemos por ejemplo a los ancianos con cerillas, los cuales son los culpables del incendio de la casa.
Es impresionante la atmósfera donde se deja de lado la música para escuchar el viento, las aves, el ganado, los pasos de Willka y Phaxsi o Sol y Luna, que es lo que significan sus nombres en la lengua ancestral.
Este es un ejemplo de película que no se da mucho en el cine, pero que debemos ver porque nos trasporta hasta otras culturas como por ejemplo Icaros o El abrazo de la serpiente.