Patones de Arriba parece vivir anclado en el pasado gracias al ambiente de sus calles en el nordeste de la Comunidad de Madrid. El buen estado de conservación de sus casas es un gran ejemplo de arquitectura negra y por eso es Bien de Interés Cultural. En él destaca el turismo rural, ya que está completamente abarrotado de hostales rurales y algunos restaurantes.
Historia de Patones de Arriba
En las cercanías encontramos restos del paleolítico y en el siglo XVII era un barrio de Uceda a hasta el siglo XVIII. Lo curioso de este municipio son las referencias a su Rey de Patones. Cuenta la leyenda que en 1687 establecieron su propia monarquía bajo el liderazgo de un Rey, cuyas funciones eran las de un alcalde mezcladas con las de un juez de paz que administraba justicia entre los vecinos. Se cree que así fue como llamaron los vecinos al primer alcalde del pueblo que fue a Torrelaguna a pedir la construcción de la ermita del pueblo.
Cuenta la leyenda que durante la Guerra de la Independencia este pueblo permaneció al margen del asedio francés por su ubicación. Pero parece que esta historia es falsa, ya que existe documentos en los que se muestra los tributos pagados a los franceses. Estos se quemaron durante la Guerra Civil almacenada en Uceda.
Actualmente, su núcleo se encuentra divido en dos poblaciones, Patones de Arriba y Patones de Abajo. El segundo es el centro urbano donde se establecieron los habitantes a partir de 1960 para fundar el nuevo pueblo.
Qué ver en Patones de Arriba
Si por algo destaca este lugar es por su arquitectura negra de pizarra muy abundante en la zona.
Iglesia de San José
Tras aparcar el coche es lo primero que nos vamos a encontrar en la entrada del pueblo. Data del siglo XVII y actualmente está desacraliza, pues, alberga la Oficina de turismo y se utiliza para otros actos culturales. Aún conserva una capilla con la imagen de la Virgen de las Candelas, patronas de Patones.
Lo mejor para conocer el pueblo es patearlo de arriba abajo y descubrir cada uno de sus rincones, cómo su antiguo lavadero con la Fuente Nueva de principios del siglo XX. En la entrada nos encontramos con el Acueducto de Canal de Isabel II.
Disfrutar de sus calles subiendo arriba del pueblo para disfrutar de sus miradores y de la propia sierra.
Consejo fotográfico
Vayas donde vayas en este lugar carga con tu cámara porque cada rincón es muy fotografiable. Las calles nos ofrecen una bonita perspectiva con interesantes puntos de fuga. Sus miradores nos dan unas panorámicas increíbles.
Hay varias rutas senderistas que parten del pueblo, como la Senda Ecológica de El Barranco que une los dos Patones. También el Sendero Dehesa de la Oliva, con unos 19 kilómetros de longitud, en la que podremos visitar el Yacimiento arqueológico del castro Dehesa de la Oliva de origen prerromano. En el camino podemos visitar la Cueva del Reguerillo que destaca por sus pinturas rupestres paleolíticas. También nos toparemos con la Ermita de la Virgen de la Oliva, de estilo románico-mudéjar, edificada probablemente en los siglos XII-XII. Y muy cerca de esta el Pontón de la Oliva, una presa del siglo XIX.
Una vez finalizada tu visita puedes dirigirte a otros pueblos como Torrelaguna o Buitrago de Lozoya o también puedes irte a otros pueblos de Segovia como Sotosalvos, Pedraza, Turegano o Sepúlveda.