La cascada Svartifoss es una de las más visitadas en el sur de Islandia. Tiene un aspecto muy diferente a otras del país. Se encuentra en el Parque Nacional de Skaftafell que cuenta con 4.807 km², lo que lo hace el segundo más grande de la Isla.
Cómo llegar a Svartifoss
Después de visitar la laguna glaciar y parte del parque de Svartifoss volvimos al camping donde hicimos noche y conseguimos ver las ansiadas auroras boreales. Aquí encontramos unos senderos a la izquierda que nos muestran una ruta de algo más de dos kilómetros. Puede parecer poco, pero la pendiente del camino no lo hacen fácil. A mitad de camino nos iremos encontrando con varias cascadas como Hundafoss y Magnúsarfoss.
Características Svartifoss
Seguimos el camino hasta Svartifoss atravesando pequeños lugares resbaladizos llenos de agua y musgo. De repente, nos topamos con la «cascada negra». Ese es la traducción del nombre de Svartifoss. Lo que llama la atención de este punto tan turístico son las columnas negras hexagonales de origen volcánico, o columnas de basalto. Estas se formaron tras el proceso de cristalización de la lava al enfriarse lentamente. Si el día está soleado puedes disfrutar de un bonito arco iris que forman los rayos del sol atravesando el agua en suspensión.
Estas columnas también las podemos verlas en otros puntos de la isla como la Playa Negra Reynisdrangar que además han inspirado a arquitectos islandeses para dar forma a algunos de los monumentos más conocidos como Hallgrímskirkja, la iglesia más famosa de Reikiavik obra de Guðjón Samúelsson con formaciones parecidas en Irlanda del Norte en la archiconocida Calzada de los Gigantes o en Escocia en la Isla de Staffa.
Consejo fotográfico
Como siempre, carga con tu trípode para largas exposiciones y algo para proteger a tu cámara del agua en suspensión. Puedes saltarte los límites del camino bajo tu responsabilidad y fotografiar la cascada más de cerca.
Después de bajar, comimos algo en los merenderos que se encontraban a la salida. Continuamos nuestro camino hacia la Playa de Diamantes y la laguna glaciar Jökulsárlón donde disfrutamos de unos bellos paisajes y un gran atardecer. Al día siguiente despertamos con un bello amanecer en el puerto de Höfn.